Una vasta mancha de basura flotante se extiende por miles de kilómetros cuadrados en un área remota del Océano Atlántico.
La mancha —difícil de detectar desde la superficie y congregada por una serie de corrientes— fue documentada por dos grupos de científicos que recorrieron el mar entre Bermuda y las Azores.
El estudio describe una acumulación de micropartículas similar al Basurero del Pacífico (Pacific Garbage Patch, también conocido como Parche, Remolino, Isla o Lote de Basura del Pacífico), un fenómeno descubierto hace una década entre Hawai y California que, según los investigadores, probablemente se repite en otras partes del mundo.
"Hemos hallado el gran basurero del Atlántico", afirmó Anna Cummins, que recolectó muestras de plástico durante una navegación en febrero.
Los restos flotantes son perjudiciales para los peces, los mamíferos marítimos y potencialmente los seres humanos —consumidores al tope de la cadena alimenticia— aunque gran parte de los objetos de plástico se ha fragmentado en partículas tan pequeñas que casi no se ven.
Como no hay ningún modo realista de limpiar los océanos, los partidarios dicen que la clave es eliminar más plástico despertando conciencia sobre sus peligros y, de ser posible, modificando la cultura de desechos que usa materiales no biodegradables para productos desechables.
"Nuestra tarea es hacer saber a la gente que la contaminación de plásticos en los océanos es un problema global, que lamentablemente no está confinada a una sola zona", dijo Cummins.
Los equipos de investigación presentaron sus conclusiones en febrero en la Reunión de Ciencias Oceánicas 2010 en Portland, Oregón, Estados Unidos. Aunque los científicos han reportado hallazgos de plástico en partes del Atlántico desde los años 70, los investigadores dicen que han dado pasos importantes para precisar la magnitud de la contaminación.
Cummins y su marido Marcus Eriksen, de Santa Mónica, California, navegaron por el Atlántico para su proyecto de investigación, y planean estudios similares en el Atlántico Sur en noviembre y el Pacífico Sur en la próxima primavera.
En el trayecto de Bermuda a las Azores atravesaron el Mar de los Sargazos, un área atravesada por corrientes oceánicas, incluso la Corriente del Golfo. Recogieron muestras cada 160 kilómetros (100 millas) con una interrupción causada por una tormenta. Cada vez que levantaron la red estaba llena de plástico.
Otro estudio separado de estudiantes avanzados de la Asociación de Educación Marina, con sede en Woods Hole, Massachusetts, recolectó más de 6,000 muestras en viajes entre Canadá y el Caribe a lo largo de dos décadas. La jefa de investigaciones, Kara Lavendar Law, dijo haber hallado la máxima concentración de plásticos entre los 22 y los 38 grados de latitud norte, un sector equivalente al área entre Cuba y Washington.
En el lugar, conocido como zona de convergencia subtropical del Atlántico Norte, hallaron algas mezcladas con botellas, recipientes y otros restos flotantes en las aguas estáticas. El equipo de Cummins incluso encontró un pez atrapado vivo dentro de un recipiente de plástico.
Pero la basura más irritante es casi invisible: incontables partículas diminutas de plástico suspendidas cerca de la superficie del Atlántico, por otra parte azul marino.
"Es tremendo verlo", comentó Cummins. "Nada se compara como estar allí. Hemos dejado nuestra huella por doquier".